«Está el interés, pero se requiere más apoyo”
Peter Kennedy,
fundador y presidente del directorio de
Fundación Kennedy.
Una importante parte de la comunidad Antofagastina ha desarrollado un gran interés y respeto por el medioambiente reflejado en una gran oferta de actividades y organizaciones dedicadas a ello. Sin embargo, no todos tienen la posibilidad de dedicarse exclusivamente a esta tarea.
Algunas empresas, también conformadas por ciudadanos y ciudadanas, muchas veces también comparten este interés por proteger la naturaleza, buscando alinear su trabajo con lo que perciben como desarrollo sustentable, y en otras ocasiones mitigar o compensar los impactos de sus operaciones.
Hasta aquí vamos bien. Pero ¿qué pasa con nuestras autoridades? Destaca la situación ocurrida a fines de abril en el único humedal en Chile que obtuvo el reconocimiento Santuario de la Naturaleza y Humedal Urbano de forma simultánea. Personas entraron en vehículo (acción ilegal) al área protegida del humedal costero Aguada la Chimba de Antofagasta, robaron peces, extrajeron algas destruyendo hábitat de especies, incluso defecaron en el lugar. Los vecinos y voluntarios que realizan acciones de vigilancia para resguardo del espacio, registraron lo sucedido, intentaron frenarlo, y, eficientemente llamaron repetidamente a las autoridades, las que demoraron en llegar, cuando poco se podía hacer para detener el accionar de estas personas, y el daño estaba hecho, sobre el ecosistema y la confianza de las personas hacia las instituciones encargadas del orden.
A raíz de lo anterior, ¿qué es lo que se necesita para lograr la protección efectiva de los espacios naturales ubicados al interior o cercanos a nuestras ciudades? No basta con tener un proyecto en curso, aunque este cuente con la colaboración de los distintos sectores ciudadanos, también se requiere de mayor sentido de urgencia y apoyo de las autoridades que tienen la potestad de fiscalizar, pues parece ser que el llamado de las organizaciones y de la comunidad no ha sido escuchada: la pérdida de estos ecosistemas puede ser (y será) irreparable.